viernes

Come sweet dead...


Saludos Gris.

jueves

Ridículo continental

¿Cómo comenzar a escribir algo que de verdad no quiero hacer?

Por el principio. Anoche, el América hizo gala, una vez más, de que lo de "equipo grande" le queda así. Anoche, en la cancha de Arsenal de Sarandí, observamos como un equipo (o por lo menos eso dicen ser) puede arrastrar el prestigio de más de 90 (91 para ser exactos) años y perder ante un equipo que es apenas profesional y que, con el respeto ganado en la chancha, no hará nada más con su historia hesta dentro de muchos años.

Pero el verdadero principio de todo no estuvo anoche, ni siquiera el viernes, en donde en los que somos americanistas con tres dedos de frente (y escribimos sin faltas de ortografía), salimos humillados y tristes, porque una cosa es que puedes perder (porque eso es parte del juego) ante Boca, Guadalajara, River, Cruz Azul (inserte aquí un largo etcétera) y otra cosa muy distinta es hacerlo ante el Arsenal de Sarandí.

¿Qué faltó esa noche? Futbol, porque ganas hubo, hubo entrega y hubo esas cosas que no deben faltar nunca en un jugador y es lo mínimo que se pide. Si yo hubiera estado ahí, también me hubiera gustado ganar y pienso que ellos eran de la misma idea, pero faltó juego. Me explico: Daniel Brailovsky no era el técnico adecuado para el América, porque en realidad no hubo una mejoría en nada con respecto a lo hecho por Tena, con la diferencia de que a Pachuca sí lo tuvimos en un puño y hasta miedo tuvo en su casa; pero la culpa no es de él, porque es un gran tipo y me cae bien, la culpa es de quien lo puso.

Ahora, para jugar al futbol a un gran nivel se necesitan jugadores de gran nivel (no vamos a decir grandes estrellas, porque en el continente entero no hay una sola jugando, todas están en el viejo mundo), jugadores que muestren, además de lo lógico: garra, entrega, pasión, huevos pues; técnica, la más elemental. Y aquí es donde falla el América. Si listamos a los jugadores que no podrían ser titulares ni en el Azteca de mi barrio, ésta sería larga, pero me atrevo a mencionar a Duilio Davino (lento, con una claridad de juego igual a la de José Feliciano y sobre todo, sin la capacidad de quitar un solo balón en mano a mano sin cometer falta), Ricardo Rojas (¡bonita pareja de centrales!), Lucas Castroman (de este pendejo no se puede decir ni lo más mínimo, aunque creo que era muy previsible su fracaso), Germán Villa (mucha lucha, pero puras faltas, aunque debo reconocer que muchas veces estuvimos en la pelea gracias a él), Rodrigo López (fallar dos penales, ni yo) y Federico Insúa (este si tiene técnica, pero es frío como Toluca en invierno)... eso sólo en el cuadro "titular", porque si vemos a la banca el panorama es aún más triste... mejor no sigo... ¿con cuántos salta a la cancha el equipo? Yo diría que con menos que los rivales, haber: Ochoa, Gringo, Oscar Rojas, Argüello, Silva, Cabañas... yo veo desventaja ahí.

¿Qué sucede con la directiva? Porque el problema está ahí mis amigos. Porque si los jugadores son malos o ya se hicieron viejos, de eso no tiene la culpa nadie. Si el técnico no es del tamaño de la institución, de eso él es el menos culpable. Pero la directiva si tiene muchas culpas, porque no ha hecho nada por este equipo desde hace mucho tiempo. Porque después del ridículo (ese mundial) del año pasado en Japón, debieron apuntalar al equipo donde hace falta, no donde las playeras se venden. Porque lo de la sudamericana se suma a una cadena de fracasos enormes y todo en este año: el mundial de clubes, la final ante Pachuca, la eliminación del torneo por un Monarcas gris.

Y que no nos engañen, dejen a los del rebaño (sin ofender a nadie) que se crean que el árbitro, CONMEBOL, que los hinchas, que el balón... déjenlos creer en telenovelas, para eso nacieron y así se van a morir. Tu y yo que sabemos que esto fue hacer el ridículo piensa que debemos exigir más, porque de ganar títulos vivimos (en teoría, aunque a mí sólo me han tocado dos), si un día te encuentras en la calle al señor Cañedo-White, no dudes, y por lo menos mándalo a chingar a su madre, ten por seguro que yo lo haré a tu nombre.