jueves

¡Genio trabajando!


Así lo anuncia el narrador de tenis de ESPN cuando él juega y créanme, tiene razón. En la foto lo vemos levantando uno de los 5 trofeos consecutivos que ha ganado en el pasto sagrado de Wimbledon.

Sé que a la mitad de los que leen este blog el tema les importará un comino, pero hoy voy a hablar de Roger Federer, el reloj suizo. En realidad tiene muchos apodos, pero yo elijo el que mejor le va, desde mi apreciación, que es el que mejor se adapta a su perfección.

Yo he sido aficionado del tenis desde que vi jugar a Pete Sampras. Además, me tocó la última época de los grandes tenistas mexicanos, cuando éramos parte del grupo mundial de copa Davis y de cuando Leo Lavalle se metió a semifinales de Wimbledon. Es cierto que me perdí del "Pelón" Osuna o de la "Araña" Herrera, pero he gozado de grandes partidos, como aquella final de Australia entre Marat Safin y Andre Agassi. El tenis es mi segunda pasión después del futbol y a veces prefiero ver una buena repetición que un mal partido.

Pero yo quiero hablar de Roger. Pocas cosas que agregar me quedan, más que es el mejor de todos los tiempo y para mí siempre será el rey. Nunca ha ganado Roland Garrós, pero lo hará un día; es más, me atrevo a pronosticar que será su último título y con ello dejará atrás el fantasma que le perseguiría toda su trayectoria como lo hiciera con Sampras, que a pesar de ser el que más títulos grandes ha gando nunca pudo con el polvo de ladrillo parisino. Pete fue grande, pero fue con Federer que vi la perfección en todos (sí, todos) los golpes que existen en el tenis. Un poderoso y preciso saque, pero sobre todos uno: el reves de derecha que él mismo podría patentar como su golpe. Yo me acuerdo que cuando comenzó era desesperante para los grandes de ese entonces que por más que le tiraban y tiraban, el jóven helvético respondía todo. Una condición física envidiable y una técnica muy superior a la de todos en el circuito lo conviertieron en la estrella que es hoy en día; el rival a vencer.

No me interesa hablar acá de todos sus títulos o de sus victorias, porque son muchas y de seguro se me olvidará alguna. Prefiero hablar de su poderío mental. De su mínimo margen de emociones entre la victoria y la derrota: ni triunfalista ni derrotista. Tan frío y calculador que hasta podría ser un gran asesino serial, pero es tenista y en este juego tan desgasante, la mente sobrepasa el físico. Ningún otro ser humano se hubiera levantado de un 0-2 en sets contra rafa Nadal; él lo hizo y de no ser por la lluvia, lo hubiera ganado y habría escrito su página más gloriosa que ha dejado pospuesta para otra ocasión.

Si me preguntan a mí, creo que los años aplastantes han quedado atrás; y sin embargo, yo sigo creyendo en él y en que todavía demostrará quien es quien. Es cierto que Nadal hoy es el mejor, pero corre demasiado y a ese paso, no soportará mucho tiempo. Si el 5° set de la final de Wimbledon no hubiera sido interrumpido por la lluvia, Roger la hubiera ganado porque Nadal estaba fundido. Esos 20 minutos que duró el retraso le sirvieron a Nadal para recuperar fuerzas, contra un Federer que no ha venido jugando su mejor tenis. Yo veo el ocaso cerca, pero no tanto como los españoles quieren hacernos creer. No tengo nada contra Nadal, pero no creo que sea el gran sucesor del suizo, yo pienso que ese lugar está reservado para Servia...

En suma, yo vi al mejor Roger Federer jugar a tope y destrozar rivales, puedo morir tranquilo porque yo vi al mejor de todos...

¡Salud Roger!

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martes

Versión de prueba

Hoy quiero escribir cosas que no se hayan escuchado jamás, pero sé que no tengo el talento necesario ya que desde el comienzo he hecho alusión a Neruda, que como yo amaba las cosas ...no sólo las supremas, sino las infinitamente chicas, el dedal, las espuelas, los platos, los floreros...

... Amo todas las cosas, no porque sean ardientes o fragantes, sino porque no sé, porque este océano es el tuyo, es el mío: los botones, las ruedas, los pequeños tesoros olvidados, los abanicos en cuyos plumajes desvaneció el amor sus azahares, las copas, los cuchillos, las tijeras, todo tiene en el mango, en el contorno, la huella de unos dedos, de una remota mano perdida en lo más olvidado del olvido...

... voy por casas, calles, ascensores, tocando cosas, divisando objetos que en secreto ambiciono: uno porque repica, otro porque es tan suave como la suavidad de una cadera, otro por su color de agua profunda, otro por su espesor de terciopelo.

Quizá un trozo de tela, un reloj, un espejo, una caja de cereal ...muchas cosas me lo dijeron todo. No sólo me tocaron o las tocó mi mano, sino que acompañaron de tal modo mi existencia que conmigo existieron y fueron para mí tan existentes que vivieron conmigo media vida y morirán conmigo media muerte.

Yo amo nuestras cosas.

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jueves

Adiós, adiós

No me da pena confesar que ese día (21 de Diciembre de 1997, según el video) lloré como si hubiera perdido a un amigo. 11 años de recuerdos...

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lunes

De como fui al cine y una moneda decidió ver "El Súper Agente 86"

Pues yo vi la serie del súper agente 86 y siempre me resultó muy divertido ver las tonterías de Maxwell acompañado de la bella 99. Aunque no recuerdo que el 86 fueran tan hábil en ciertas cosas que vi en la película, como el combate cuerpo a cuerpo cara a cara.

A lo que voy es que el jueves pasado nos fuimos de nuevo al cine a ver el "remake" (o pónganle la categoría que quieran) y no resultó una mala inversión a pesar de que la que decidió fue una moneda tirada al aire. Con todo y palomitas con mayonesa y salsa búfalo entramos a la función y como les digo, fue una buena idea (recomiendo altamente comprar las palomitas antes de que comience la peli ya que hacerlo después implica el riesgo de perder algún corto interesante).

No tiene mucha historia que digamos y los amantes del humor "inteligente" saldrán decepcionados al máximo ya que la película está basada en una serie de situaciones cómicas burdas, típicas del humor gringo pero que hacen una conexión maravillosa con el público que, aunque no conozca el pasado del agente en cuestión, ríe de buena gana. Una película altamente predecible desde los 20 minutos y sin embargo tiene ese "no sé qué" que hace que no te aburras demasiado. No tiene más pretensiones más que hacer reir a la gente y eso se agradece... Miel sobre hojuelas, como podría decirse...

¿Pero qué extraña necesidad tiene la vida de no dejar que al menos por una noche no tenga que recurrir a mi meditación trascendental para evitar asesinar a alguien?

Yo quería llegar a mi depa, no es malo querer llegar a su depa una vez que ha visto algo de su agrado. Uno quiere tomar un taxi, lo más normal del mundo, pero no. A cada que yo pedía el servicio todos los taxistas se miraban entre sí, sacaban sus rebozos y se mordían sus trenzas creyendo que yo era la reencarnación de Jack "el destripador" o que nos dirigíamos a la Bondojito a esas horas (¡eran como las 10 de la noche, háganme el favor! ).

Tipito X: Me lleva por favor a la colonia YYXX, por la calle XX, por favor que tengo que llegar a ver Las Tontas no van al Cielo - Yo con mi típico acento de galán de telenovela...

Taxista No Amedrentado Por Mi Apariencia Soñadora: Sí joven, con mucho gusto - Me dijo el buen hombre una vez que había comprobado que yo no era un malechor.

(15 minutos después, cuando ya había decidido cambiar al mundo y luego de una vuelta en U medio extraña, temiendo lo peor):

TX: Oiga, ¿por dónde se va a ir?

TNAPMAS: Pues por donde me dijo, ¿no? Colonia YYXX...

TX (Con mucha calma aparente todavía, pero queriendo a mi mamá): Sí, pero yo le dije por la calle XX...

TNAPMAS: Pos' por eso, a la colonia YYXX...

TX (Un poco desesperado ya): Sí, pero quiero que entre por la calle XX...

TNAPMAS (pidiendo a gritos un golpe en la quijada): Sí jóven, pero usted me dijo a la colonia YYXX...

TX: --¡Me lleva la chingada, cómo he avanzado en mis clases de hebreo que ahora ya nadie me entiende lo que digo!-- Sí, pero quiero que se vaya por la calle XX, porque si no, me deja lejos de mi casa

(Tiempo, metros y confusión en la mirada de mi nuevo amigo):


TNAPMAS (con cara de susto pensando que mi instinto animal le haría pagar): ¿O sea, por dónde me voy?

TX (la verdad con las venas saltadas y el pulso palpitante, pidiendo sangre): Dése la vuelta en U (¡otra vez!) en este retorno...

TNAPMAS: ¿En este?

TX: --Yo sí mato a este cabrón-- Sí, en este...

TNAPMAS: Aaaaaaaah...

TX: --/(/&)=(/&/%&/%&$$&%&()/() ¡Como hay gente pendeja en el universo!--

TNAPMAS (un minuto después): ¿Entonces por esta calle?

TX: --Yo mato a este cabrón-- Si, le dije desde antes, la calle XX...

TNAPMAS: Ah, era ésta calle XX, la colonia YYXX... ¡Si yo si sabía!

TX: --¡Pendejo!-- ¿Me deja ahí en la esquina? --¡Si le digo que me lleva hasta mi casa llegamos mañana en la tarde!--

Total, que me dejó como a 5 minutos caminando de mi depa, pero peor era nada...

TX: ¿Cuánto va a ser?

TNAPMAS: 45 pesitos jóven...

TX (al borde un ataque, pensando en todas las consecuencias de un homicidio): --!No mames y chingues al mismo tiempo, te perdiste, hicimos 15 minutos más de lo que debió ser, me perdí la novela y aparte me cobras como si me hubieras traído en un Ferrari, calentado leche y cobijado, ya ni la chingas! ¡Como si los pesitos no tuvieran 100 centavos!-- Oiga, ehem, ¿no se le hace que está muy caro?

TNAPMAS: Es que cobramos 40, pero $ 5 más porque ya es tarde...

TX: --Pinche úlcera gástrica, siento ya mi estómago palpitar, este güey si me está asaltando, pero bueno, recuerda que tiene familia... de seguro de Licenciado... Págale y déjalo vivir...-- Aquí tiene...

Y cerré la puerta con educación y una sonrisa, porque ya no valía la pena enojarse. Además, tenía que comprar leche y ya me iban a cerrar.

Y aún así fue una noche linda como pocas...

Nota 1: Perdonen lo vago del relato, pero tengo que proteger mi identidad secreta y la ubicación de mi cubil (temo ver a la bola de cuates afuera pidiendo posada)

Nota 2: No saber llegar a la colonia YYXX, es como no saber llegar a un Oxxo a media borrachera...

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