Tiempo

El maldito tiempo que se viene, el lindo tiempo que pasó. La vida es eterna en cinco minutos...

Alguna vez al lado de una amiga a la que le gusta mucho el anonimato en estas cuestiones bloggeras, leía un escrito del Dr. Marcelino Cereijido en donde planteaba la problemática de definir el concepto de vida. Recuerdo bien que el científico nacido en Argentina, naturalizado mexicano hace años, decía que no se podía definir vida tan simplemente como se pensaba porque lo que nosotros podíamos ver eran las manifestaciones de vida y que, en realidad, a nivel celular, las cosas ocurren obedeciendo las leyes fisicas, química y termodinámicas que obedecen los vasos de precipitados con los ingredientes correctos y, estos últimos, son objetos tan inanimados como los robots que se mueven con tanta gracia. Así, la mejor definición de vida que pudo ofrecer tenía que ver con el equilibro de la bomba sodio-potasio, que cuando este se alcanza, entonces esa célula ha muerto (nótese que en realidad es un concepto de muerte). Algo es algo.

Pero a lo que voy es al tiempo, ya que, como en el caso de lo que menciono arriba, es algo de lo que solo podemos ver las manifestaciones. Nosotros observamos todos los días, el paso de las horas, las medimos, las usamos, las disfrutamos o nos aburrimos en ellas, pero en realidad nunca hemos visto un minuto y, por lo menos yo, nunca me había detenido a pensar en este sujeto tan insoportable.

Una de las probabilidades es que el tiempo exista y, en caso de existir, es relativo. Si una persona puede viajar a la velocidad de la luz, habrá podido detener el tiempo debido a su velocidad, mientras que para hacer realidad la fantasía de los viajes entre épocas, sería necesario doblar el espacio-tiempo, que se supone van juntos. No es algo fácil de imaginar, pero lo podemos concebir como una bola de boliche en una cama muy suave, ahí, podemos observar como existe una curvatura del espacio (y teóricamente del tiempo). Es algo muy fumado, lo sé, pero según los físicos que creen en esto, con razones científicas perfectamente establecidas, es posible teóricamente, aunque prácticamente es impensable. Aún así, es una teoría que no deja de ser interesante.

La otra probabilidad es que el tiempo no exista. ¿Si no hubiera materia existiría el tiempo? ¿Cómo se manifestaría el paso del tiempo si no hubiera nada? ¿O será que el tiempo es una propiedad de la materia? Es interesante pensar que si no existiéramos los hombres, no habría tiempo en este planeta, ya que naturalmente, no hay años, ni horas, ni días, ni meses; lo único que existe es un conjunto de movimientos universales, giros de la Tierra en torno al Sol, la Tierra sobre su eje y un complejo e ilimitado número de reacciones químicas que denotan el trasncurso de esos lapsos...

Tiempo al tiempo. Y así, estoy pensando seriamente inclinarme por la opción poética del maestro Jaime Sabines, que es igual de confusa, pero que por lo menos está mejor escrita que este discurso mal hecho.

"La vida es cuestión de tiempo,

el tiempo es cuestión de vida.

La vida dura un momento,

el tiempo, toda la vida..."