De como no puedo oler

Revisando la blogósfera, me topé con este post que me hizo caer en la cuenta de que yo padezco (¿o gozo?) de la misma cosa: no tengo olfato.

En realidad yo sé desde hace mucho tiempo que padezco de ello ya que desde muy niño usé fármacos para desinflamar los cornetes nasales, que parcialmente me llevaron al final trágico que hoy es mi vida; sin embargo, la verdadera debacle acaeció una vez en que en una práctica de química orgásmica respiré incautamente ácido acético glacial y, voilá, dejé de oler.

Cuando uno se dedica a la química, es muy útil tener esta nula capacidad de oler, ya que en el laboratorio se trabaja con sustancia que van desde lo asqueroso hasta lo grosero. sangre en cloro, heces fecales, litros de orina, cloruro de benzalconio, fenol, ácido acético glacial y un chingo de cosas más. Y como dice Kabeza, también tiene sus desventajas, como el hecho de dejar de tener buen sentido del gusto (que es una desventaja seria), no percibir aromas de riesgo y tal.

Pero el acabóse se vino un día en que estando en la facultad, a un maestro de esos que son o muy pendejos o que no tiene escrúpulos, nos puso un examen que consistía en reconocer, aspirando una mini-muestra de 20 aromas que le incluían, toronjas, limas, naranjas, limones, musk, té verde, té, negro, té azul... ¿Y cómo chingados iba yo a saber a qué olían esas madres aún cuando hubiera podido hacerlo? 4 preguntas contestadas y una mirada mentadora de madres para el profesor fue el resultado al final. Súmenle que llevaba gripa.

En fin. No teno olfato y eso hace que casi no lave mis tenis. Dicen que el Axe que huele a chocolate es la onda, ¿será?

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Aclaración pertinente:

Hay algunas cosas que si puedo olfatear, y me parece que tienen que ver con su composición química, pero no sé bien como explicar, el chiste es que los aromas tenues , dulces y no tan ácidos son los que mi nariz reconoce. Además del insufrible apeste del Río Lerma, que es merecedor de un post aparte.