Strawberry fields forever...
Linda canción de los Beatles, me gusta poner los Beatles y más aún, los Bitles, porque eso hacen que sean más nuestros y menos británicos, es una manera extraña de pensar pero es así.
Hoy en día me gustan más los Rolling Stones, pero antes de conocer a sus Satánicas Majestades, en los tiempos cuando yo iba a la secundaria, llegaba siempre antes que mis padres y ponía, en el aparato de ese entonces: un Packard Bell, un acetato con una mescolanza de éxitos del cuarteto de Liverpool y me fascinó a pesar de que se escuchaba el ruidito que hace la aguja al pasar por la tierrita de los LP. Podía estar horas escuchando ese disco, y no sabía bien porque, puesto que en ese entonces yo no era el mismo que soy hoy y no tenía esta tonta necesidad de evocación, porque la vida ahí estaba por delante, a diferencia de ahora en que muchas cosas buenas ya están por detrás.
En aquella época, las cosas eran muy buenas para mí (y la mayoría de nosotros), más allá de que éramos apenas unos niños queriendo ser adultos, descubriendo muchas cosas que jamás vuelven a ser como se veían en ese tiempo, yo sentía que la felcidad rondaba por el aire. Sentía una gran fe por la vida y unos deseos enormes de que el tiempo viniera, porque al fin de cuentas yo me sentía tan seguro. Todas las noches me iba a la cama pensando que era un gran futbolista y que, lugarcomún de todos los niños-futbolistas mexicanos, metía el gol para ganar el mundial... Eran tan fantásticos esos sueños, que jamás me atreví a volver a tenerlos y me enfransqué en una guerra contra cosas que no podía cambiar.
Cuando tenía 15 años yo tenía dos sueños "reales": el primero, ser médico y el segundo y más importante, tener un camión y conducir noches enteras. Porque algo que siempre me ha fascinado es el radio, el am es mi vida y el fm tiene cosas rescatables, pero siempre he vivido pegado a un radio. He escuchado cualquier cantidad de horas de trasmisión, incluyendo a la entrañable Pantera, que aún no existía en los tiempos de los que les hablo, pero ya estaba en mi imaginario debido a mi padre. Creo que mi sueño médico era más probable porque nunca he tenido talento más que para la escuela, nunca he manejado un camión de proporciones respetables, pero seguro puedo bien, como para casi todo. Mi sueño camionero era por la libertad, la sensación tan excitante de ver los puntitos en la lejanía, la carretera, maravillas que yo experimentaba a cada que viajaba con mi familia y todo se me hacía místico.
Años más tarde, 3 para ser precisos te conocí y por fin, luego de mucho andar por la vida, la música tuvo sentido y tomó forma humana...
Hoy en día me gustan más los Rolling Stones, pero antes de conocer a sus Satánicas Majestades, en los tiempos cuando yo iba a la secundaria, llegaba siempre antes que mis padres y ponía, en el aparato de ese entonces: un Packard Bell, un acetato con una mescolanza de éxitos del cuarteto de Liverpool y me fascinó a pesar de que se escuchaba el ruidito que hace la aguja al pasar por la tierrita de los LP. Podía estar horas escuchando ese disco, y no sabía bien porque, puesto que en ese entonces yo no era el mismo que soy hoy y no tenía esta tonta necesidad de evocación, porque la vida ahí estaba por delante, a diferencia de ahora en que muchas cosas buenas ya están por detrás.
En aquella época, las cosas eran muy buenas para mí (y la mayoría de nosotros), más allá de que éramos apenas unos niños queriendo ser adultos, descubriendo muchas cosas que jamás vuelven a ser como se veían en ese tiempo, yo sentía que la felcidad rondaba por el aire. Sentía una gran fe por la vida y unos deseos enormes de que el tiempo viniera, porque al fin de cuentas yo me sentía tan seguro. Todas las noches me iba a la cama pensando que era un gran futbolista y que, lugarcomún de todos los niños-futbolistas mexicanos, metía el gol para ganar el mundial... Eran tan fantásticos esos sueños, que jamás me atreví a volver a tenerlos y me enfransqué en una guerra contra cosas que no podía cambiar.
Cuando tenía 15 años yo tenía dos sueños "reales": el primero, ser médico y el segundo y más importante, tener un camión y conducir noches enteras. Porque algo que siempre me ha fascinado es el radio, el am es mi vida y el fm tiene cosas rescatables, pero siempre he vivido pegado a un radio. He escuchado cualquier cantidad de horas de trasmisión, incluyendo a la entrañable Pantera, que aún no existía en los tiempos de los que les hablo, pero ya estaba en mi imaginario debido a mi padre. Creo que mi sueño médico era más probable porque nunca he tenido talento más que para la escuela, nunca he manejado un camión de proporciones respetables, pero seguro puedo bien, como para casi todo. Mi sueño camionero era por la libertad, la sensación tan excitante de ver los puntitos en la lejanía, la carretera, maravillas que yo experimentaba a cada que viajaba con mi familia y todo se me hacía místico.
Años más tarde, 3 para ser precisos te conocí y por fin, luego de mucho andar por la vida, la música tuvo sentido y tomó forma humana...
Etiquetas: memorias, no tener nada que hacer
1 Comments:
Pues bueno, siempre es complicado hablar de "los escarabajos" (se escucha mamila eso) por que son (en presente) grandes, los más grandes, aún cuando coincido un poco en el hecho de una ligera preferencia sobre "Sus Satánicas Majestades". Creo que a todos nos agradan por lo menos una de las canciones del cuarteto Liverpool y aún cuando la rola es bue na me quedo con tres más: "Across the universe", "Hey Jude!" y "A day in the life"...
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